Más del 70% de la deforestación en la Amazonía se convierte en basura.
Noticias24 de Diciembre de 2024
Nada de muebles, puertas o mangos de escoba. De cada diez árboles derribados en la región amazónica, siete van a parar a la basura. Según un estudio del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonía (INPA), la mayor parte de la madera simplemente se descarta como residuo.
El principal problema es el procesamiento de esta madera. Hecho prácticamente de forma artesanal y con baja tecnología, solo se aprovecha el 30% de los troncos. Esta parte representa la parte más noble del árbol.
El resto, en forma de aserrín y sobrantes, se descarta. Según Niro Higuchi, coordinador de la investigación del INPA, es fundamental mejorar el rendimiento de la foresta. No basta con detener la deforestación, por ejemplo.
El investigador también señala otra razón para el bajo aprovechamiento de la madera: es muy barata en el mercado local. "Es posible comprar un hectárea de bosque por R$40", dijo a Folha.
Según la Asociación de Industrias Exportadoras de Maderas del Estado de Pará (AIMEX), no es así. El precio promedio de un árbol varía entre R$90 y R$360, dependiendo de la especie.
"La madera aquí en la Amazonía es realmente barata. Pero no es solo eso. Se explota de manera desorganizada", advierte Rosana Costa, ingeniera agrónoma del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM).
La desorganización de esta explotación no es un problema exclusivo de las grandes ciudades, que convierten los árboles en basura urbana. También afecta a las comunidades ribereñas, ya que algunos núcleos incrustados en la foresta sobreviven del procesamiento de madera.
En estas comunidades, todos los residuos se vierten en los ríos. "En el agua, el aserrín puede fermentar y liberar los productos químicos que se aplicaron en el tronco. Esto causa la muerte del río, como ocurrió en el río Trairão", advierte Rosana.
El objetivo del INPA es revertir, en cinco años, este porcentaje, pasando a aprovechar el 70% de la madera derribada. El aumento de la productividad se produce en dos etapas.
En la primera, se perfecciona la técnica y la tecnología de la industria maderera, como el modo de corte y las láminas utilizadas.
Luego, llega el turno de los residuos. El aserrín genera energía en termoeléctricas. Y los sobrantes, finalmente, pueden convertirse en muebles, puertas o mangos de escoba.
Para Niro, los resultados en laboratorio fueron alentadores. Con esto, ya se ha firmado un convenio con una maderera de Itacoatiara (región metropolitana de Manaus) y la aplicación del proyecto debe comenzar antes de fin de mes.
Fuente: http://www.jornale.com.br
Lippel promueve la reutilización forestal
Tenemos varios clientes y proyectos en la Región Amazónica, que utilizan nuestras máquinas para procesar y valorizar los residuos forestales. Un ejemplo es la planta de briquetas de Brasnorte (MT), que utiliza como materia prima el aserrín proveniente de las aserraderos de la región y produce briquetas de alta calidad, muy valoradas en el mercado nacional e internacional.
Otra técnica para la reutilización forestal es la astilladora de residuos utilizando astilladoras forestales, que pueden ser llevadas al lugar de extracción de la madera. Estos equipos generan astillas de alta calidad, muy demandadas para la quema en hornos y calderas para la generación de calor en industrias y termoeléctricas.
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